Identidades: qué conlleva ser una persona trans

Introducción

Según datos extraídos del Ministerio de Interior de España entre 2014 y 2015, la mayor parte de los delitos de odio que tienen lugar en nuestro país se deben a la orientación sexual o identidad de género, de forma mucho más recurrente que otras características personales como la raza o la etnicidad, la discapacidad o el resto de motivos reflejados en las denuncias de este tipo de delitos

Es por ello que, con motivo del mes del orgullo LGTBIQ+, hemos decidido dedicar un artículo un tanto diferente en el que aclarar algunas dudas y resolver falsas creencias sobre las identidades trans. Como sociedad, tenemos que reconocer que aún seguimos sin tener del todo claro qué significa ser trans o cis, por no hablar de las identidades no binarias o fluidas… Y la lista de términos que nos confunden sigue aumentando. Pero no te preocupes, si este es tu caso y sigues un poco perdido, te aseguramos que vas a entender muchos conceptos (si te quedas hasta el final). ¿Preparado?

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Antes de nada… ¿qué es realmente el género?

El género se refiere a las características sociales, culturales y psicológicas que se asocian con ser hombre o mujer. Hablando en claro, estas características incluyen roles, comportamientos, atributos y actitudes que la sociedad considera apropiados para cada género.

¿La sociedad? Así es, el género es una construcción social que varía a lo largo del tiempo y de las culturas, y puede ser diferente de la identidad de género, que es la forma en que una persona se percibe a sí misma en relación con su género. La identidad de género puede ser diferente del sexo biológico al que se le vincula históricamente.

Por otro lado, como comentamos anteriormente, la identidad de género se refiere a la forma en que una persona se percibe a sí misma en relación con su género y puede ser diferente de su sexo biológico. La identidad de género es un aspecto fundamental de la identidad de una persona y, una vez consolidada, puede ser difícil de cambiar, incluso con terapias o tratamientos médicos. Por lo tanto, es esencial reconocer que la diversidad de género es una realidad y que hay muchas formas de identificarse. A continuación puedes ver algunos ejemplos.

Identidades cis, trans, no binaria… 

  • Ser cisexual es un término que se usa para describir a una persona que se identifica con el género asignado al nacer. La mayoría de las personas son cisexuales, pues no presentan conflictos con el género impuesto. Es decir, una persona que nace con genitales masculinos, se le asigna género masculino y se siente hombre.
  • Ser trans es un término que se usa para describir a una persona cuya identidad de género asignada al nacer no coincide con la identidad sentida. Puede ser el caso de una persona que nace con vulva, pero al crecer se siente hombre porque se percibe como hombre. También puede verse escrita como transgénero, aunque el término transexual ya está en desuso.
  • Ser no binario es un término que se usa para describir a una persona cuya identidad de género no se identifica claramente como hombre o mujer o reniegan de la dicotomía hombre-mujer. Las personas no binarias pueden identificarse como ambos, ninguno o algo diferente.
  • Queer es un término que se usa para describir a una persona que no se identifica con las expectativas sociales y culturales relacionadas con la orientación sexual y la identidad de género. La gente que se identifica como queer puede ser bisexual, homosexual, no binaria, trans o incluso una persona que sea cis-heterosexual pero no encaje en los roles de su identidad asignada. Por ejemplo, un hombre que vista prendas de ropa asociadas típicamente a lo femenino, como faldas, pero se identifique como un hombre heterosexual.

En este sentido, es importante destacar que el término «queer» fue utilizado originalmente como un insulto, pero ha sido reutilizado por la comunidad LGBTIQ+ como una forma de descripción positiva y una bandera de orgullo.

Y ¿qué pasa con el “+”? El «+» en las siglas LGTBIQ+ representa la inclusión de otras identidades y orientaciones sexuales o de género que no están cubiertas por las letras individuales (LGTBIQ). Por ejemplo, esta «+» puede incluir otras identidades no binarias. La «+» se agrega para incluir a todas las personas que pueden sentirse marginadas o excluidas por las siglas más tradicionales.

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¿Qué significa ser trans?

Sufrir discriminación

La transfobia es la discriminación específica que sufren las personas trans ya que ponen en cuestión el sistema sexo / género desde su raíz, puesto que desafían la identidad de género asignada en el nacimiento. De hecho, las personas trans están expuestas a un mayor riesgo de exclusión, rechazo y violencia que las personas lesbianas, gays y bisexuales. 

Al contrario de lo que ocurre con otros tipos de acoso, las víctimas de transfobia sufren este rechazo en todos los momentos y espacios sociales de sus vidas cotidianas, por lo que se denomina el continuo de la transfobia: discriminación en los centros educativos, en la calle, en los medios de comunicación, en los grupos de amigos, asociaciones deportivas, centros religiosos… 

Diversos estudios realizados en nuestro país muestran que, aunque la situación ha mejorado mucho en los últimos años, la transfobia sigue constituyendo el principal motivo para el insulto, la burla y el rechazo en los centros educativos en Europa y en nuestro país

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Sensación de aislamiento

En muchas ocasiones, estas víctimas dudan compartirlo en casa, ya que piensan que quizás no contarán con el apoyo de sus familias o representantes legales, algo probablemente más infrecuente cuando la discriminación tiene un origen racial, étnico, corporal o religioso. 

Además, cuando hay exclusión, insultos o violencia contra personas que “se saltan” las normas de género, puede tener lugar el llamado contagio del estigma, que consiste en que las personas que apoyan a las víctimas de acoso por transfobia, van a sufrir ellas mismas ese acoso. Todo esto intensifica el aislamiento y la exclusión de las víctimas.

¿Y cómo afecta esto a la salud?

Con todo lo expuesto, es comprensible que la salud de una persona trans se vea comprometida. La discriminación y el estigma social pueden contribuir a un ambiente hostil y generar estrés crónico, lo que a su vez puede afectar negativamente la salud mental y física de una persona trans.

En primer lugar, en términos de salud mental, la exposición continua a actitudes negativas, prejuicios y rechazo puede llevar a problemas como la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y el suicidio. Las personas trans también pueden experimentar una disminución de la autoestima y una sensación de aislamiento social debido a la discriminación, lo que puede afectar su bienestar emocional.

Hay que recalcar que la discriminación no solo afecta a las personas trans de manera individual, sino que también puede tener un impacto en su acceso a la atención médica adecuada. La discriminación en el ámbito de la salud puede dificultar el acceso a servicios médicos necesarios, como la atención hormonal o las intervenciones quirúrgicas de afirmación de género. Esto puede llevar a disparidades de salud adicionales y a un mayor riesgo de enfermedades no diagnosticadas o no tratadas.

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¿Pero cuáles son las intervenciones?

Es cierto que existen ciertas intervenciones, como la faloplastia (creación quirúrgica de un pene) para los hombres transgénero y otras cirugías que están muy vinculadas a las personas trans. 

Sin embargo, la mayoría de ellas no pasan por complejas operaciones, en muchas ocasiones el único tratamiento al que se someten las personas trans es un tratamiento hormonal destinado a bloquear los efectos de sus hormonas sexuales (antiandrógenos en el caso de las mujeres trans y bloqueadores de estrógenos en el caso de los hombres trans) y, algunas personas también deciden tomar compuestos hormonales feminizantes (estrógenos en el caso de las mujeres trans) o masculinizantes (testosterona en el caso de los hombres trans). 

¿Qué podemos hacer para mejorar la situación?

Para responder a esta pregunta tan amplia, hemos querido contar con Mario Gómez Suárez, psicólogo y sexólogo que acompaña a personas trans y familias. Desde su experiencia y vivencia, el primer matiz que nos adelanta es el de combatir el desconocimiento con información, que “es la base de cualquier aproximación desde el privilegio hacia la sensibilización con determinados colectivos vulnerables”, por lo que la base desde la que deberíamos partir es el de la educación sexual integral en las aulas. 

Esta educación sexual ha de incluir educación en la diversidad de orientaciones, identidades, cuerpos… Pero esto es insuficiente. “Uno no conecta necesariamente con realidades que sólo están presentes en los libros de texto. Los medios tienen muchísimo poder a este efecto” afirma Mario. 

La comprensión y el respeto pleno solo pueden alcanzarse si las identidades trans “pasan a formar parte del imaginario colectivo, no como excepción, no como concepto, sino como personificación, con cuerpo, cara, nombre y apellidos, de todo aquello que nos hace humanos”. 

Cierre

En palabras de Mario, los tres pilares clave son la “información, educación sexual y sensibilización». Por supuesto, es importante aumentar la representación y aproximación a estas realidades. Y por último, apunta que “aunque sea relativamente difícil de tragar, aunque hayamos estado luchando en peores condiciones, sin el apoyo y la colaboración de las personas cis lo vamos a tener muy complicado”. Y tú, ¿has cambiado tu posición al respecto?

Andrés Suro Sexólogo
Andrés Suro Sexólogo

Autor: Andrés Suro (Sexual Coach en MYHIXEL)

Psicólogo especializado en el área social y experto en sexología aplicada a la educación.

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