¿Alguna vez has tenido que dejar algo a medias por interrupciones repentinas e inesperadas? Todos conocemos la frustración de dejar una actividad sin terminar. Sin embargo, cuando somos nosotros quienes decidimos hacer la interrupción, podemos llegar a experimentar una sensación intrigante y placentera al recrearnos en el desenlace. ¿Y si te dijera que hay una práctica sexual que consiste justo en esta pausa voluntaria? Pues sí, se trata del edging y su finalidad es acumular al máximo la tensión y disfrute sexual para que el final sea mucho más explosivo.
Se trata de una técnica que nos ayuda a ser más pacientes, conscientes de nuestro erotismo y nos enseña a poner el foco de los encuentros sexuales en otras actividades. Además, los que dominan el edging, son capaces de gozar de encuentros sexuales largos, diversos y sumamente placenteros.
¿Qué es el edging?
El edging (también conocido en español como “parada-arranque”) consiste en la estimulación sexual dirigida a alcanzar una excitación máxima sin llegar a la eyaculación. La clave del edging está en detenerse justo antes de alcanzar el clímax. Es decir, si nos referimos a la eyaculación, esta práctica consiste en parar antes de alcanzar ese conocido punto de no retorno. El objetivo es, por lo tanto, prolongar el placer sexual durante más tiempo, lo que implica que la experiencia se intensifique.
El tiempo de esta pausa de estimulación sexual variará según la persona y lo que necesite para sentir que ha vuelto a recuperar el control sobre su excitación. Igualmente, se pueden realizar tantas pausas como se quieran, por lo que nuestros encuentros sexuales podrían durar varios ciclos de estimulación/pausa. Claro está, llega un momento en el que podemos perder interés o simplemente querer que el encuentro finalice. En tus manos está cuántas veces quieres parar y continuar.
¿Cuáles son los beneficios del edging?
Esta técnica puede llevarse a cabo tanto en compañía como individualmente, independientemente de la orientación y la identidad sexual. Sin embargo, en el caso de muchos hombres y personas con pene, esta práctica puede ser especialmente interesante si quieres controlar el momento eyaculatorio o quieres alcanzar las sensaciones previas al clímax en múltiples ocasiones, sin pasar por el período refractario, que no es otra cosa que ese espacio de tiempo que necesitamos muchas personas para recuperarnos después de eyacular, es decir, la pausa que el cuerpo requiere para volver a tener una erección (este periodo va aumentando con la edad, por lo que cuanto mayor nos hacemos, más tiempo de recuperación necesitamos, por lo que nuestra capacidad para tener varios encuentros con eyaculación seguidos es cada vez menos frecuente).
Otro de los beneficios del edging es que se puede llegar a aumentar la intensidad del orgasmo. Con tan solo incluir un ciclo de edging en tus encuentros, consigues aumentar la excitación y hacer que el clímax sea más satisfactorio. A esto hay que sumarle que esta práctica aumenta la posibilidad de que las mujeres consigan llegar al orgasmo. Esto se debe a que las mujeres, o personas con vulva, necesitan más tiempo de estimulación activa para alcanzar el clímax en las relaciones heterosexuales, pues la eyaculación masculina se retrasaría.
Muchas personas mencionan que tener la posibilidad de variar la intensidad, velocidad o incluso la posición les resulta muy beneficioso. Interrumpir la estimulación es una oportunidad para llevar a cabo otros tipos de estimulaciones eróticas, lo que también incluye el orgasmo en sí. Tener más tiempo durante los encuentros puede ayudarnos a desviar la atención de la eyaculación y disfrutar de otras dinámicas sexuales a las que no solemos prestarle atención, como los masajes, la estimulación de otras zonas erógenas, etc.
No podemos dejar atrás una de las mayores ventajas del edging en la relación de pareja: ayudar a las personas a mejorar la confianza entre ellas. Los encuentros sexuales son experiencias muy íntimas y, a veces, nos cuesta expresarnos y comunicarnos, por lo que, fomentar la comunicación ayudará a expresarnos y compartir nuestras preferencias sexuales. En definitiva, aprender de la otra persona.
Edging y yoga tántrico
Hay parejas que tienen una vida sexual muy activa, por lo que estar siempre “preparado” favorecerá que estos encuentros sean más frecuentes y ricos. Es un hecho que, ni las personas multiorgásmicas pueden permanecer excitadas para siempre.
Este pequeño inconveniente puede resolverse reajustando las expectativas sobre qué es el sexo y qué hay que hacer durante los encuentros. Podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿es necesario que siempre se requiera una erección o eyaculación?, ¿que una persona llegue al orgasmo es motivo de que la estimulación erótica termine?, ¿es realmente el orgasmo el objetivo de los encuentros?, etc.
Estas reflexiones están muy vinculadas al conocido yoga tántrico, que permite alcanzar el clímax sin eyacular. Podemos relacionar este tipo de práctica sexual al edging ya que se persigue lo mismo, disfrutar sin eyacular, llevando nuestro cuerpo hacia nuevos niveles de excitación. Aunque no podemos olvidar que este no es un método anticonceptivo, así que no utilices esta práctica para evitar embarazos.
Cómo realizar edging
Esta técnica no requiere de una guía estricta y compleja, se trata más bien de una práctica que vas a desarrollar y adquirir con la experiencia y el proceso de conocimiento personal. La práctica realmente depende de ti y el conocimiento sobre tu propio cuerpo. Aquí podemos adelantarte algunos consejos previos a poner en práctica el edging.
El momento
Puedes comenzar eligiendo cuál es el mejor momento para practicarlo. Lo ideal, como en la mayoría de encuentros, es escoger un espacio donde sentirte cómodo y tranquilo, sabiendo que no habrá nada ni nadie que te interrumpa. El edging requiere de cierta concentración y atención, sobre todo al principio.
Escáner corporal
Desarrolla el buen hábito de “escanear” tu cuerpo. El escaneo corporal es una técnica utilizada en ciertas actividades físicas, como el pilates, y en la meditación y consiste en identificar las sensaciones que te producen las diferentes partes de tu cuerpo. En definitiva, se trata de escuchar a tu cuerpo y aprender cómo reacciona. Esto te ayudará a conocer mejor las fases de tu excitación sexual, lo que te será especialmente útil para llevar a cabo el edging.
Las expectativas
Ya hemos mencionado los beneficios del edging y probablemente ya tengas ganas de experimentar, pero dominar esta técnica requiere de entrenamiento y práctica en muchos casos. No te preocupes si pierdes el control y no consigues evitar la eyaculación, es más frecuente de lo que crees. No te desmotives, lo importante es que no te rindas a la primera y sigas intentándolo.
Si quieres hacerlo en compañía, empieza primero por practicarlo individualmente, pues los estímulos presentes en un encuentro en pareja suelen ser más intensos y, por lo tanto, más difíciles de controlar.
El método hacia el edging
El edging tiene varios niveles de dominio. Si nos centramos en el inicio, basta con estimularte mediante la masturbación hasta que sientas que vas a eyacular y detenerte. Esta pausa será lo suficientemente larga como para que sientas que el riesgo de eyacular ha desaparecido, pero no tan larga como para que pierdas la excitación y el interés en continuar. Puede ser útil que, ese escáner del que hemos hablado antes, lo practiques en este momento para observar las sensaciones corporales.
Puede parecerte algo forzado al principio, pero te aseguro que si consigues dominar esta técnica, disfrutarás mucho más de tus encuentros.
Conclusión
Puede que sea hora de empezar a diversificar tus prácticas sexuales, tanto solo como en compañía. Con el edging no solo podrás alcanzar nuevos niveles de placer y satisfacción, sino que también es una herramienta fantástica para conocer mejor tu cuerpo. En cuanto a la pareja, esta técnica es especialmente interesante si queréis llevar vuestra tensión sexual al máximo y alcanzar unos finales explosivos. En resumen, sube de nivel con tu sexualidad y déjate sorprender por todo lo que tu cuerpo puede ofrecerte.
Autor: Andrés Suro (Sexual Coach en MYHIXEL)
Psicólogo especializado en el área social y experto en sexología aplicada a la educación.
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